No fue así.
Italia, apoyada en un Pirlo sobresaliente, quien secundado por Marchisio
y Motta, ganó la partida en gran parte del partido a un flojo Busquets y
a Xabi Alonso, logró desarrollar su juego y poner en apuros a España.
Cassano, que caía a las bandas constantemente en las acciones de
contraataque, se convirtió en un incordio constante para los laterales,
en especial para Jordi Alba, quien por esta razón se vio obligado a
abandonar en gran parte su labor ofensiva.
Mención
aparte merece el trabajo de Arbeloa, jugador de garantías por sus
características en el Real Madrid, donde su fútbol destructivo es mas
que suficiente debido al estilo de juego de los blancos, pero
extremadamente limitado ofensivamente cuando juega con España. Sus
carencias suponen en muchas jugadas un lastre cuando el balón circula
por la derecha, ya que los pocos recursos del lateral le obligan a
retrasar el balón en la mayor parte de las jugadas. Es por esto que no
somos pocos los que pedimos a Juanfran, buen jugador en defensa y mucho
mas capaz en el juego asociativo de España.
Del
Bosque apostó desde el principio por buscar la superioridad en el
centro del campo colocando a Cesc en lugar de un nueve. La apuesta salió
relativamente bien ya que fue el propio Fabregas quien consiguió el
empate en una buena conexión son Silva. El juego de la selección fue, en
realidad, el de siempre, pero se vieron sorprendidos por una Italia
menos defensiva que de costumbre y lastrados por las malas condiciones
del césped. Todos los internacionales apuntan a que no había sido regado
y estaba excesivamente alto, lo cual supone una auténtica vergüenza por
parte de la organización.
El resultado
final de empate, no deja una buena sensación a la mayor parte del
público, pero analizando en frío el final del partido, se puede
concluir, en mi opinión, en que Vicente acertó en la estrategia. Hay que
destacar que decidió reservar a Fernando Torres para el final del
choque, para aprovechar su verticalidad y buen juego al espacio para
generar ocasiones cuando Italia acusara el cansancio. Así lo hizo el del
Chelsea, que de haber anotado alguna de las tres que tuvo le habría
dado la razón al 100% a su técnico.
En
resumen, el empate no es lo deseado pero es un buen resultado, que hay
que hacer bueno frente a Irlanda y Croacia. Es de suponer que ganemos a
ambas selecciones sin mayor apuro, y la verdad, es que de no ser así, no
mereceríamos el pase a la siguiente ronda.
Por
lo visto hasta ahora, ninguna de las favoritas está fina, por lo que no
hay motivo de preocupación. Hay que confiar en España, se lo merecen
más que nadie. El próximo encuentro, frente a Irlanda el jueves a las
20:45.