domingo, 11 de noviembre de 2012

#SOSRealOviedo

Minuto 19:26. Las 20.500 almas reunidas en el Carlos Tartiere se ponen de pie, agitan sus bufandas y se dejan la garganta cantando el himno del Real Oviedo. No ha sido gol, no ha habido una ocasión de peligro, están en Segunda Divisón B y otra vez al borde de la desaparición, pero jamás se nota temblar su aliento. Sólo cantan para recordar que en 1926 nació algo más que un equipo de fútbol, y que tendrán que pasar por encima de sus cadáveres para echar tierra encima de sus 86 años de historia.





Para cualquier aficionado al fútbol, hoy es uno de esos días en los que te das cuenta que esto es mucho más que un deporte. Que sea lógico o absurdo, la vida de miles de personas se detiene noventa minutos cada Domingo para ver a su equipo. Y no hay trabajo ni agobio ni crisis, todos somos iguales. Once sobre el terreno de juego, cientos en las gradas, y miles en sus casas. Todos con una misma camiseta. Sin importar el nombre que lleven detrás. Sólo existe un color, y un escudo bordado en el pecho, del lado del corazón.

Mucha gente criticará hasta la extenuación lo ridículo que resulta dejarse el dinero, el ánimo y cada conversación a merced de un simple juego. Ningún amante del fútbol entrará en la discusión. Sólo sentimos lástima de quién no haya vivido nunca lo que se siente cuando ves cruzar esa maldita pelotita a través de la  línea de cal bajo los palos de tu adversario. Por suerte, la vida a veces se escapa de la física y las  matemáticas, y deja un pequeño rincón a la pasión. No podemos entrar a explicar un sentimiento. El corazón tiene razones que la razón no entiende, y eso, es lo que nos mantiene vivos.




Hoy se jugaba algo más que un partido de fútbol en el césped del Carlos Tartiere. Hace ocho días que se acabó la ampliación de capital para los antiguos accionistas y se abrió un periodo de adquisición público. La situación era dramática. Estábamos muy lejos de los números que podrían evitar la disolución de la entidad azul. El fantasma de 2003 volvió a sobrevolar Oviedo. Parecía que no podíamos estar peor, que ya se había echado una vez la ciudad a la calle para luchar contra lo inevitable. Parecía que no tendríamos que vencer a la muerte más veces. Que las cosas sólo podría ir a mejor después de habernos agarrado con uñas y dientes a la salvación cuando la mayoría lo declaraba un club extinto. Que no podían empujarnos más abajo, que el infierno de Tercera fue pasado, y que el de Segunda B sería algo temporal. Pero entonces, los peores presagios se hicieron realidad: se necesitaba recaudar 1,9 millones de Euros en dos semanas. No como principal objetivo, sino como única solución. La opción en lugar de fracasar con este intento es ineludible: la desaparición.




A un equipo lo hacen grande sus títulos y su masa social. Como trofeos importantes no tenemos en las vitrinas, sólo podíamos sobrevivir con el alma de los aficionados. La ciudad no tardó un sólo segundo en volver a sacarse del bolsillo cada Euro que distintos impresentables nos llevaban robando los diez últimos años. No era cuestión de demostrar al mundo que creemos en el Real Oviedo, que somos miles y no vamos a dejarlo morir, nos ayuden o nos den la espalda. Pero el planeta eso entendió. Y vio en la entrega de los aficionados de a pie ese resquicio de pasión, sin obtener nada a cambio, que ellos sienten por su equipo. Dar, aunque no se reciba. Dar, sin condiciones. Vio a una ciudad y a su gente que estaban dispuesta a mover montañas, la fé lo hace, no por un club de fútbol, sino por un sentimiento. Y todos los que alguna vez han sentido esto y se han secado las lágrimas con la bufanda de su equipo, sin importar que defendieran otro escudo, se acercaron a las oficinas del Carlos Tartiere o entraron en www.yosoyelrealoviedo.com y se convirtieron en parte real de un histórico de este deporte. Un histórico dispuesto a echarle un pulso al fútbol moderno y a todos sus ladrones, y ganarle la partida.

No podemos empezar a dar a las Gracias a todos los que nos han apoyado, porque resulta literalmente imposible. Sean anónimos o conocidos, pueden estar a gusto en el sofá viendo los goles de su equipo sabiendo que en Oviedo estamos orgullosos de cada uno de ellos. Vamos a demostrar que los milagros existen, que las riendas de un club, las lleva su pueblo. Que no hay inepto personaje sin escrúpulos lo suficientemente grande que pueda acabar con lo que una grada siente por sus colores.



Hoy más que nunca, uno se acuesta orgulloso de ser oviedista. Los tres puntos sobre el terreno de juego son una bocanada importante en lo deportivo, que nos coloca en los playoffs a cinco puntos del líder. El ascenso es el siguiente paso necesario para poder seguir haciendo frente a las enormes deudas que tendremos que saldar luego. Pero esta semana el partido se jugaba en las calles, en el twitter, en el facebook, en los despaschos y en la grada. Y ahí, hemos demostrado que los once que saltan al césped son solamente el último eslabón de una cadena grande, fuerte e inmortal que no va a perder este partido.

No es una corazonada, es una realidad. Ya van 1.100.000€ recaudados. Sólo faltan 800.000€ para obrar el milagro que todo el mundo creyó imposible. Lo que nadie parecía recordar es que la pelota nunca se cansa, y esta afición tampoco.
#SOSRealOviedo.

Gracias, otra vez, desde Gijón hasta Australia pasando por más de 60 países, por creer en el fútbol. El que no se juega en ningún lado ni se aprende ni se muere. El que llevamos dentro. Y llevarán nuestros hijos.



9 comentarios:

  1. Disculpen que no detalle la milagrosa salvación de 2003 que hace única a esta afición, o el número de socios y espectadores cada fin de semana que llevamos registrando en Tercera y Segunda B, superior a la mayoría de equipos de Segunda y algunos Primeras. No quiero presumir de afición con números, sólo con palabras, pero a veces las estadísticas son abrumadoras. No podía callármelo.

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  2. Y callarme nombres eternos que defendieron con orgullo estos colores. Lejos de Lánagara, Herrerita o Antón. Intentando no hablar de cuando pisamos Europa hace penas dos décadas. Simplemente de los nombres que cuajaron mi infancia. Esteban, Viktor Onopko, Abel Xabier, Paulo Bento, Berto, Tito Pompei, Juan González, Jankovik, Prosineski, Delly Valdés, Iván Ania, Peter Dubosky... y un infinito etcétera. No son fútbolistas. Son mi vida.

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  3. Genial. Muy buen articulo de verdad. :) Gracias

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  4. Respuestas
    1. obsesión con boyna calada

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    2. envidia y complejo incurables? razón, la aldeona

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  5. Parece que la censura funciona en el equipo azul, eh? Un mensaje indicando que todo puede tratarse de un gan timo, y lo quitan. Si se escribe algo que vaya en contra de la opinión general, se elimina. Haberlo dicho antes de perder el tiempo escribiendo un comentario, hombre...

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    1. No hemos borrado ningún comentario. No queremos decir que lo haya borrado usted por error, pero nosotros no censuramos nada. Le responderé y haré pública su opinión ahora mismo.

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  6. Ramon Martinez Campo13 de noviembre de 2012, 12:07

    Me gustaria ver a algun equipo "grandon" encontrarse un 15 de agosto sin nadie en la plantilla, en 3ª Division y con 6 puntos menos antes de empezar, y con un Alcalde de la ciudad que se inventa un equipo nuevo, apoyado por destacados futbolistas de la ultima epoca y "trabajando" para que el Club desaparezca. Me gustaria saber cuanto aguantarian algunos clubs grandones si ademas resulta que pasan 8 temporadas y no pasas de 2ªB y con un Presidente en busca y captura por la Interpol.
    El ejemplo de la lucha de la aficion del REAL OVIEDO solo podia tener un resultado: Ademas de ser el equipo de Asturias, ahora es el equipo de todo el mundo. Y supongo que eso queda suficientemente demostrado.
    Hemos pasado por un infierno y ahora solo nos espera la gloria
    ¡¡¡HALA OVIEDO!!!

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